La cumbre de Amsterdam prohíbe el "trabajo infantil intolerable"

"Atacar las formas más perjudiciales de trabajo infantil" y buscar soluciones "realistas" ha sido el objetivo marcado en la conferencia mundial sobre trabajo infantil, celebrada en Amsterdam los días 26 y 27 de febrero.

La conferencia, organizada por la OIT (Organización Internacional del Trabajo) y el gobierno holandés, aprobó un documento que condena algunas formas de trabajo infantil intolerables y aboga por una especial protección para las niñas. También prevé crear una red internacional de observadores que velen por el cumplimiento de estos acuerdos. Para ello el gobierno holandés ha ofrecido un millón de dólares. Muchas delegaciones de países donde abunda el trabajo infantil han firmado el documento, que teóricamente compromete a los gobiernos.

Más allá de las grandes declaraciones de principios, quienes viven el problema más de cerca defendieron posturas realistas. Siete de los ocho niños invitados a la conferencia y varias ONGs presentes, destacaron ante todo el derecho de los niños a un trabajo en buenas condiciones, y se manifestaron contra el boicot de los productos que fabrican los menores, ya que ese trabajo es la única forma que tienen de subsistir o de pagar sus estudios. Sawai Langlah, tailandesa de 17 años, habló como representante del Child Labour Club, organización juvenil donde trabaja actualmente. Sawai, que empezó a trabajar a los 12 años cosiendo camisetas en Bangkok, pidió cambiar las condiciones laborales del trabajo infantil y sostuvo que, más que prohibir de modo absoluto todo empleo infantil, se prohíban los trabajos arriesgados y la prostitución.

En la cumbre, Michel Hansenne, presidente general de la OIT, presentó el borrador de una nueva norma jurídica internacional que será discutida los próximos dos años en el seno de la OIT y sería aplicable a todos los menores de 18 años en los Estados miembros de la organización.

Entre las formas de trabajo intolerable que prohíbe figuran el esclavismo, el comercio de niños, el trabajo forzado y obligatorio, en especial la servidumbre para pagar deudas familiares, la prostitución infantil y el trabajo de niños en tareas peligrosas.

Las estimaciones de la OIT sobre el trabajo infantil son que hay 250 millones de niños trabajadores de 5 a 14 años, de los que 120 millones lo hacen a plena jornada.